Aeróbico significa literalmente "con oxígeno", y
hace referencia al uso de oxígeno en los procesos de generación de energía de
los músculos.
Los ejercicios aeróbicos son cualquier tipo de ejercicio que
se practique a niveles moderados de intensidad durante periodos de tiempo
extensos, lo que hace mantener una frecuencia cardíaca más elevada. En tal tipo
de ejercicios se usa el oxígeno para "quemar" grasas y azúcar.
Los ejercicios aeróbicos más comunes son caminar, nadar,
trotar, esquiar, patinar, remar, esquiar, pedalear y los llamados aeróbicos. El
tennis, el squash, el correr son aeróbicos de alto impacto.
El espectro del trabajo aeróbico es muy extenso, abarca
desde altas intensidades, en el que el trabajo aeróbico se superpone al trabajo
anaeróbico y de muy bajas intensidades.
Como norma general se utiliza un media de 150/160
pulsaciones por minuto como máximo del trabajo aeróbico.
Por encima de estas pulsaciones se puede considerar el
trabajo como anaeróbico. Por su puesto depende del estado físico del individuo,
la edad, la experiencia deportiva y muchos otros factores, pero suele ser la
cifra utilizada.
Si hablamos de porcentaje de nuestra máxima capacidad de
trabajo las cifras que se suelen dar como medias son el 60-70 % de nuestra
capacidad máxima; es decir que si corremos al 50% de nuestra máxima capacidad
de carrera estaremos haciendo un trabajo aeróbico y si corremos al 80% de
nuestra máxima velocidad estaremos haciendo un trabajo anaeróbico.
Como las pulsaciones, dependerá de otros factores y
variables, pero se puede dar por válido eses porcentajes.
Una forma de conocer nuestro rango de trabajo aeróbico es
mediante el control de la frecuencia cardiaca y la realización de controles de
forma física.
Beneficios del ejercicio aeróbico
Como utilizan las grasas como combustible o fuente principal
de energía, acompañados de una alimentación balanceada y un estilo de vida
sana, los beneficios son evidentes:
- Mejora la función cardiovascular, tanto en personas sanas
como individuos que hayan sido víctimas de infartos, angina de pecho o hayan
sido sometidos a cirugías de corazón, angioplastia e incluso en pacientes con
falla cardíaca. También estimula la formación de nuevos vasos coronarios.
- Reduce grasa corporal en las personas con sobrepeso y
obesidad. Para lograr un consumo alto de las calorías que están acumuladas en
el tejido graso, el ejercicio debe ser habitual, prolongado y de intensidad
moderada, utilizando la mayor masa muscular posible como las de las piernas,
los glúteos y la parte baja de la espalda.
- Baja los niveles de colesterol total en sangre, así como los
de colesterol LDL o "colesterol malo" y de los triglicéridos y
aumenta el colesterol HDL o "colesterol bueno", reduciendo el riesgo
de un ataque cardíaco.
- Reduce los niveles sanguíneos de glucemia en los diabéticos.
- Mejora la capacidad pulmonar, la circulación en general y el
aprovechamiento del oxígeno no solo por los músculos (incluyendo el músculo
cardíaco), sino también por los órganos internos y la piel, lo cual se refleja
en mayor capacidad para realizar esfuerzos y mejoría en las funciones
digestivas, renales, inmunológicas, endocrinas, el estado de ánimo, el sueño y
de las funciones mentales superiores.
- Reafirma los tejidos y la piel, recupera parte de la lozanía
pérdida, contribuyendo no solo a estar y sentirse más joven, sino también
parecerlo.
- Reduce la mortalidad cardiovascular.
- Aumenta la reabsorción de calcio por los huesos,
fortaleciéndolos y disminuyendo el riesgo de fracturas. Fortalece la espina
dorsal.
- Ayuda a mantener un peso ideal.
- Disminuye los niveles circulantes de adrenalina, la hormona
del estrés, y aumenta los niveles de endorfinas y otras sustancias cerebrales,
contribuyendo a bajar la tensión emocional y mejorar el estado anímico, lo cual
se refleja en una gran sensación de bienestar físico, emocional y social.
- Brinda sensación de bienestar general.